jueves, 24 de mayo de 2007

Los silencios reveladores


Hay gente comprometida, entre ese tipo especial de personas se encuentra Leonardo Boff, que el día 1 de junio vendrá a Madrid a apoyar a esos modernos curas y parroquianos de San Carlos Borromeo, a los que Rouco y Varela quieren fecharles la iglesia por atravesaos y modernos con cosas tan serias como la religión.
Leonardo Boff que dejó de ser franciscano por culpa de Ratzinger, cuando este era el Jefe del Santo Oficio,ya ha expresado su disconformidad con la visita de Bento XVI a su tierra, Brasil, y en el Diario La Nación de Buenos Aires expone su visión sobre dicha visita Los Silencios reveladores de Bento XVI.
Boff expone que: el catolicismo del compromiso ético se inspira en la acción católica y en las pastorales sociales y culmina con la teología de la liberación. Este modelo requiere mediaciones socioanalíticas porque está interesado, desde su perspectiva espiritual, en la transformación social.
Es teológicamente frágil la tesis de que Dios es explícitamente imprescindible para construir una sociedad justa. Los Estados Pontificios desmienten esta tesis. La España de Franco y el Portugal de Salazar alababan públicamente a Dios y no dejaban de torturar y condenar a muerte. Lo que hace falta es un consenso ético y una apertura a la trascendencia, dejando abierta la definición del contenido, como sucede en los Estados modernos. Estas insuficiencias teóricas hacen que el discurso papal se deslice hacia el moralismo y el espiritualismo. Y melancólicamente repite la cantilena: no a los contraceptivos, no al divorcio, no a los homosexuales, no a la modernidad, sí a la familia tradicional, sí a una rígida moral sexual, sí a la disciplina. Tantos "no" hacen antipático su mensaje, como si no hubiera temas más apremiantes.
Hay silencios significativos en los discursos del Papa: sólo una vez se refirió a las comunidades de base, una vez a la opción por los pobres, una vez a la liberación, nunca a la teología de liberación y a las pastorales sociales, nunca al gravísimo problema del calentamiento global. En cambio, retrocede a los años 50 del siglo pasado con el discurso tradicional y ambiguo de la caridad y la asistencia a los pobres. Esos silencios son una forma de negar y ocultar.
El catolicismo brasileño y latinoamericano, para estar a la altura de los tiempos actuales, exige el coraje que tuvieron los primeros cristianos: abandonaron el suelo cultural judaico de Jesús y se insertaron en el suelo pagano helenista. De esa inserción nació el cristianismo actual, que es una expresión del Nuevo Testamento, no del Antiguo.
Necesitamos ahora un catolicismo de rostro indio-negro-latinoamericano que no esté en contra del romano, sino en comunión con él.
Ante la anunciada visita a Madrid de Leonardo Boff, ya se prepara la artillería pesada, y hoy en ese libelo diario de Libertad Digital - manda coj...- un baranda llamado Alfonso García Nuño se despacha contra Boff, consciente de que hay que atizarle al mono que es de goma, y en un artículo llamado Reduccionismo de la Fe, pone de chupa de dómine al Teólogo brasileño, ahora lo que no tiene un pase es decir que Boff es un publicista español, debe ser que vende máquinas fotocopiadoras o viajes a la Riviera Maya por internet. No mire usted, Leonardo Boff, es brasileño, fue franciscano y colgó los hábitos porque lo echaron y cree en valores éticos y sigue siendo creyente, pero a su manera, no a la oficial que emana de la ortodoxia y el dogma.