viernes, 8 de mayo de 2009

The Patio of Monipodio




Curiosamente, los hombres a menudo volvemos al punto de partida después de pasar por los antípodas. Esto es lo que me temo que ocurre en la actualidad con la economía. Partiendo del capitalismo y su histórica preferencia por el monopolio, pasando por la socialdemocracia de los valores compartidos, hemos regresado al Patio de Monipodio. A esa vieja cueva troglodita, oscura, donde la vida vuelve a ser el enfrentamiento entre explotadores y explotados.
En los tiempos de crisis han de aparecer nuevos principios. Hoy, frente al economicismo atroz y monocrático que socializa las pérdidas, privatiza las ganancias y excluye a los más necesitados, debe alzarse la hora de la democracia plena, porque no hay democracia sin bienestar y viceversa. Y en un mundo más civilizado primará un día la tutela de todos frente al imperio de los pocos o si no el futuro se convertirá en un lugar parecido a una plaza de toros mansos. Un ruedo de cabestros ciegos inevitablemente heridos, no ya por el estoque gallardo del guerrero y del libertador sino por la encefalopatía espongiforme del insolidario, que nos convierte en algo inútil como un buey sin yunta que a rastras, sin aplausos, sin indultos, se llevan los mulos del olvido hacia ninguna parte.