viernes, 2 de octubre de 2009

¿Corazonadas?



Son tiempos de quimeras, de seguir queriendo apuntalar un mundo que se ha resquebrajado por parte de los
que lo hundieron, de banqueros que se prejubilan a los 50 años con cantidades que una mínima parte permitirían salir de la hambruna a millones de seres, pero la fiesta es de los espabilados, de los nigromantes, de los que tienen sus patrimonios en las SICAV, en paraisos fiscales y en la ingeniería financiera.
Tiempos preciosos para Florentinos, Cristianos Ronaldos, las Koplowitz, Botines, Soros, Doña Espe, el nieto del el Tebib Arrumi y demás fauna y flora de la España triste y zaragatera, de la de a Dios rogando y con la mano trincando.¡ Qué sería de este país si las tuneladoras de Florentino dejaran de trabajar!.
Pero hoy es día de corazonadas, tenemos más de 80.000 parados más, pero lo importante es que unos barandas, que dirigidos por un cirujano ortopédico belga llamado Jacques Rogge, que preside un selecto club que se llama Comité Olímpico Internacional formado por selectos y personajes,salvo excepciones honrosas, que no le han dado un palo al agua en su vida. Basta mirar el listado de miembros para toparnos con: Alberto II de Mónaco (donde solo viven trincones), Nawaf Faisal Fahd Abdulaziz (jeque de Arabia Saudí), Ana de Inglaterra, Henri de Luxemburgo y el Marqués de Samaranch (un progresista de toda la vida).
Hemos mandado a 400 personajes ilustres para convencer a tan selecto club que Madrid 2016 es una apuesta seria, honesta y desinteresada. Un proyecto nacional que nos une, por primera vez en tantos años, a todos los españoles de cualquier signo, credo, raza, lengua o condición. Para desternillarse de risa.
A mi, es una opinión personal, me tiene sin cuidado porque creo que hay tareas más importantes que hacer en España y además pienso que sería el mejor regalo que le podríamos hacer a esa América Latina que parece ser que es la única que piensa, reflexiona y quiere cambiar el mundo asqueroso que nos ha tocado vivir y el premio a la ingente tarea realizada por un personaje histórico irrepetible: Luiz Inácio da Silva "Lula" que desde limpiabotas, empleado de una tintorería, obrero metalúrgico y pasando mucha hambre llegó a ser Presidente de Brasil en 2003 y volver a ser reelegido para su segundo y último mandato.
A mi no me gustan las corazonadas y menos si estas son interesadas, por lo tanto e igual que los antiguos griegos que la simple corona de laurel premie al mejor y aquí a trabajar para salir del atolladero.